La Corte estadounidense falló en 1982 que los presidentes son totalmente inmunes a daños civiles que pudieran surgir como consecuencia de sus actos oficiales en el ejercicio de sus funciones.La Corte estadounidense falló en 1982 que los presidentes son totalmente inmunes a daños civiles que pudieran surgir como consecuencia de sus actos oficiales en el ejercicio de sus funciones.Leer más