Cuentan las malas lenguas que un profesor de 82 años ha enseñado a conducir a más mujeres afganas en una ciudad de California que en todo Afganistán. Para ellas, no se trata de empoderarse, sino de hacer la compra.Cuentan las malas lenguas que un profesor de 82 años ha enseñado a conducir a más mujeres afganas en una ciudad de California que en todo Afganistán. Para ellas, no se trata de empoderarse, sino de hacer la compra.