El encuentro no logró destrabar las diferencias entre ambos. Los roces por las armas a Rusia y el aluvión de productos baratos chinos, incluidos autos eléctricos, en el mercado europeo quedaron en nada. Y Xi siguió camino a Serbia, tierra más amistosa.El encuentro no logró destrabar las diferencias entre ambos. Los roces por las armas a Rusia y el aluvión de productos baratos chinos, incluidos autos eléctricos, en el mercado europeo quedaron en nada. Y Xi siguió camino a Serbia, tierra más amistosa.