- «La gente tiene miedo», cuenta Ronen Keler, parte del grupo de activistas Brothers in Arms (hermanos de sangre), que ha puesto en marcha este espacio bajo el centro comercial Dizengoff de la ciudad.
- Las casas de la ciudad son viejas, tienen a lo mejor 50 ó 60 años y no están equipadas para una guerra.
«La gente tiene miedo», cuenta Ronen Keler, parte del grupo de activistas Brothers in Arms (hermanos de sangre), que ha puesto en marcha este espacio bajo el centro comercial Dizengoff de la ciudad.Las casas de la ciudad son viejas, tienen a lo mejor 50 ó 60 años y no están equipadas para una guerra.