El grito de «No eres mi rey», el día anterior, fue repudiado por la comuidad aborígena, que se reunió con el monarca.Los ancianos nativos dijeron que Charles era “bienvenido aquí”. Y pidieron una “conversación adecuada” sobre sus derechos.El grito de «No eres mi rey», el día anterior, fue repudiado por la comuidad aborígena, que se reunió con el monarca.Los ancianos nativos dijeron que Charles era “bienvenido aquí”. Y pidieron una “conversación adecuada” sobre sus derechos.