Es claro que el país no es una potencia futbolística, pero sí una nación petrolera, conducida por una monarquía absolutista, atravesada por dunas y con una férrea fe en el Islam. Es claro que el país no es una potencia futbolística, pero sí una nación petrolera, conducida por una monarquía absolutista, atravesada por dunas y con una férrea fe en el Islam. Leer más