Al visitar la gruta donde, según la tradición, vivió San Pablo tras naufragar en Malta, recordó la acogida que recibió entonces el apóstol, pese a que «ninguno conocía sus nombres, su procedencia o condición social».Al visitar la gruta donde, según la tradición, vivió San Pablo tras naufragar en Malta, recordó la acogida que recibió entonces el apóstol, pese a que «ninguno conocía sus nombres, su procedencia o condición social».Leer más